Diagnóstico integral

Caso real

Mi nombre es Miriam y quiero contar cómo el diagnóstico de I.M.P.A cambió mi vida. Desde chica siempre me sentí diferente, luchando por concentrarme y completar tareas que a otros les parecían simples. A lo largo de los años, varios médicos me diagnosticaron con ansiedad y depresión, debido a mis constantes cambios de humor y mi falta de enfoque. Fui tratada con numerosos medicamentos, pero nada. Nada parecía resolver de mi problema. Acudí al instituto ya desesperada por una solución. A través del proceso de diagnóstico, recuperé mi esperanza con el soporte y aliento que me brindaba el equipo de especialistas. Ellos descubrieron que, en realidad, los síntomas que presentaba eran de TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad), un diagnóstico nunca antes considerado seriamente en mi caso.

Inicié un tratamiento ajustado específicamente para TDAH, y la diferencia fue como la noche y el día. Por primera vez, sentí que mi tratamiento abordaba la raíz de mis dificultades en lugar de solo mitigar los síntomas. Empezé a experimentar mejoras en mi capacidad para concentrarme y permanecer en una tarea sin sentirme abrumada o frustrada. Este nuevo enfoque no solo alivió mis síntomas, sino que también me proporcionó las herramientas necesarias para entender y manejar mejor mi condición. Gradualmente, recuperé confianza en mí misma y comencé a disfrutar de actividades que antes me parecían inalcanzables, como leer libros completos y participar en proyectos grupales sin sentir ansiedad. Gracias a todo esto, no solo mejoré significativamente mi calidad de vida, sino que también encontré un nuevo sentido de normalidad. Este camino hacia el descubrimiento y tratamiento adecuado ha sido fundamental para vivir la vida que siempre quise.